viernes, 22 de noviembre de 2013


la tristeza de mi mente

No se que escribir, 
tengo la mente en blanco
no se, no me fluyen las cosas
tengo mucho sueño y dolor de cabeza, 
Karen me da mucha risa 
no se, no se  por que hoy estoy aquí 
debe ser por que el destino lo quiso así. 

no se por que la vida me tiene que quitar a personas que marcan mi vida, pero a pesar de todo hoy me encuentro feliz por que se que la vida no acaba aquí. 

no se por que siento miedo de decir las cosas como son,
no se por que mi orgullo es mas fuerte que todo lo demás
pero es lo que me mantiene firme ante los problemas que invaden mi mente.

discurso a la mujer


MUJER ALEGRÍA DE LA VIDA

Por: Leidy Astrith Imbachi Samboni

Agradezco a todos y cada uno de los presentes, amigos y amigas por acompañarme en este día tan importante para mí, hoy empiezo mencionar una frase que resalta a la mujer. "La mujer del pueblo está llamada a ser elemento fundamental de cambio como eje y animadora de comunidades" (María Agudelo).

 La mujer sobresale por ciertas características que las hace únicas, tienen alegría. Una alegría contagiosa que crece cuando logra comunicarla al hombre, a los hijos, a los amigos y a todos. Alegría que no oculta, teniendo una increíble capacidad de vivir a fondo el presente y de gozar de la vida. Alegría que estalla en el encuentro con los demás, porque para ella "estar solo es estar triste". Alegría que se manifiesta también en la capacidad de celebrar.  Resistiendo ante el sufrimiento, tiene la capacidad de soportar todo dolor. En el fondo, como esencia de todo, acogedora y hospitalaria, con una aguda noción de lo igualitario y con la sensibilidad muy despierta ante la injusticia.

En el contexto socio-cultural, la mujer es el elemento básico, pero su papel está limitado por la llamada "civilización", que tiende a opocarla y dar el privilegio al hombre. En cuanto al potencial transformador de la mujer, su fundamento reside en las propias características de ella, de esos ambientes y en el papel que desarrolla ahí. Especialmente su capacidad de enfrentar el "peso" de lo cotidiano, de superar el dolor y la lucha por su sensibilidad a la vida, su forma muy peculiar de hacer frente al machismo, que parece querer neutralizar o su actuación para cambiar la realidad. En este campo, la mujer de los medios populares tiene un gran potencial. Su lucha reviste una vivacidad incomparable. Una causa comprendida y estimulante pone en juego todo ese sustrato de resistencia y de solidaridad. Sabe ser líder porque no se busca a sí misma ni individualiza aspiraciones o resultados; siente profunda y entrañable mente lo que afecta a su pueblo, lo que le falta o le hiere. Puede concebir su imaginación, expresarla y empujar a todos.

La política en las mujeres empobrecidas: Ese es un aspecto importante a ser tenido en cuenta en todo el proceso. Se trata aquí de la gran masa de mujeres que luchan por la sobre vivencia en lo cotidiano, de los cambios. Y se trata también de una nueva acepción. En esa nueva acepción, sería una "especie de energía" vital que lleva a actuar a partir de una motivación fundamental, a partir de un determinado número de valores a los cuales no se puede renunciar sin el riesgo de perder la propia vida. 

Es la afirmación de las fuerzas de la vida, en contra de la destrucción de los pequeños impuesta por el sistema vigente. Esa resistencia contiene una extraordinaria fuerza política, y las mujeres ejercen un papel decisivo en esa lucha de resistencia. A partir de una organización económica doméstica, "construyen" un nuevo sector que escapa al control oficial. De esa manera, la sobre vivencia se articula con una economía de la sobre vivencia que va revelando su extremo sentido de creatividad, la búsqueda de salidas para los cambios que presenta la sociedad. En ella, y más allá de la expresión verbal, viven las mujeres empobrecidas la intimidad con la propia fuente de la Vida, la única interesada en mantenerlas vivas. Su experiencia, así entendida, es una experiencia de muerte y resurrección, vivida a diario en el cuerpo que lucha, que engendra, que da a luz, que espera... Y esa experiencia no es sólo individual, sino también, colectiva y comunitaria. 

Las mujeres no quieren ser espectadoras de los cambios que se están dando en el mundo actual. Quieren poder influir para que la conformación del nuevo orden se haga sobre pilares de mayor justicia social, ausencia de discriminación, y menos poder destructor. Para eso, aspiran a ser sujetos sociales con papeles protagónicos en la historia y sociedad. Concebimos la lucha de las mujeres como aquella que busca la transformación de una sociedad injusta que no permite la realización plena de sus miembros, tanto mujeres como hombres, porque está cimentada en una ideología patriarcal que promueve las desigualdades. La base de estas desigualdad es la adjudicación de papeles constantes a sus miembros, a partir de características biológicas. Se les otorga un lugar dentro de lo privado, del hogar, y se espera que se desarrollen tan solo allí.

 La lucha de las mujeres es una lucha por la transformación de la sociedad. En esta lucha, el "enemigo" contra quienes luchamos no son "los hombres", es una "ideología". El movimiento de mujeres es una lucha que va más allá de ser simplemente mujeres en favor de las mujeres. Es una lucha por la transformación radical de la sociedad, para que a cada persona se le permita realizarse plenamente según sus capacidades, habilidades e intereses, y no se le límite con papeles, ni límites. Es una lucha de inclusión y no de exclusión. Es una lucha por incorporar y abrir camino a posibilidades, y no por salir del paso. Por todo ello, se impone una reflexión en torno al concepto de "poder". Existen todavía concepciones de poder: poder como dominación, sometimiento, hegemonía destructiva, exclusión.

Como mujeres, rechazamos esa concepción de poder. Queremos reflexionar seriamente acerca de las expresiones humanas de poder: poder de convocatoria, poder de organización y  poder de transformación... Hay que llenar de sentido humano este concepto Esto es indispensable para llevar adelante una tarea de transformación social. Es necesario "re-crear" el concepto de poder. Muchas veces nos encontramos produciendo el concepto, aunque en el discurso lo rechacemos. Nos encontramos trabajando en forma excluyente, cuando nuestra meta es una sociedad no-excluyente. Nos encontramos ejerciendo un poder hegemónico, cuando nos proponemos ponderar la pluralidad y el respeto a las diferencias. Otro aspecto de importancia es el darse cuenta de que a cada esfuerzo del movimiento de mujeres para ganar en organización y movilización como fuerza social, corresponde, por parte del sistema económico político, una intención consciente de impedir o desarticular dicho esfuerzo de organización. Son varias las formas en que se da este intento del sistema: la captación por nuestras banderas de lucha; la utilización de mujeres en cargos públicos (bajo ciertas condiciones) para dar a entender que la mujer es "igual" al hombre; el desmantelamiento del "estado benefactor". De hecho, lo que se pretende con ello es el desmantelamiento de todas aquellas actividades del Estado. Pero por sobre todo, es un cambio que requiere de nuestro compromiso cotidiano, que invita a cuestionar las jerarquías de género que tanto hombres como mujeres producimos diariamente.

Se trata de un trabajo constante fundado en el involucramiento personal y profesional de quienes trabajan en el ámbito de la seguridad y que apela a la responsabilidad en el cumplimiento de la ética de la profesión. La vigencia que presentan temas tan complejos como la violencia intrafamiliar, la trata de mujeres y el acoso sexual en los ámbitos laborales constituyen algunos ejemplos, quizás los más crudos y evidentes, de que la igualdad de género entendida como un derecho humano esencial, lejos de ser una meta alcanzada continúa siendo un motivo de lucha, militancia y gestión. Las políticas en marcha retoman los avances que en los últimos años se han dado en esta materia y contribuyen en la conformación de un Estado capaz de garantizar la igualdad real y seguridad de todas las personas. 
Finalmente es preciso desarrollar tareas específicas que puedan fortalecer la lucha de las mujeres. Una de las más importantes es la tarea de ayuda y apoyo entre las distintas organizaciones y grupos, compartiendo los logros y avances que están ocurriendo.


Muchas Gracias